Las siguientes líneas muestran la visión personal ante un final de liga donde tuvimos un máster en cómo flexibilizar y modificar el entrenamiento desde el trabajo coordinado del cuerpo técnico. Son sólo palabras que reflejan una situación, una actuación... puro entrenamiento.
Carlos S. Calleja (fin de temporada con el Candás CF)
Cuando faltaban 8 jornadas para acabar la liga a los
técnicos se nos notaba la preocupación. No éramos capaces de encontrar
soluciones a un equipo que se dejaba la piel en cada entrenamiento. Estábamos
atenazados y es que un equipo que venía de jugar liguilla, ganar la copa y
estar en los puestos de privilegio en los últimos años se veía abocado a la
regional preferente.
No era una cuestión tanto de plantilla - es cierto que no
era la misma de entonces - ni de juego, era cuestión de nombre. Candás (villa y
club) no deberían estar ahí.
Decidimos reorientar el trabajo, marcar una nueva estructura de semana de
entrenamiento, dar un giro a lo que habíamos planificado desde entonces, sacar
un plan B que aprovechase lo acumulado pero con una nueva idea.
Nos manejábamos en la hipótesis de la presión, de
que el futbolista sentía necesidad, ansiedad, le costaba jugar ante su público
y se le caían los esquemas si el resultado se ponía en su contra.
Decidimos cambiar la preparación, estableciendo ciclos
absolutamente nuevos en los que primaban en primer lugar la alta dosis
competitiva, queríamos que el futbolista fuese a entrenar (para
luego jugar) con predisposición positiva, que volviese a amar este deporte que
tanto nos hacía sufrir.
¿Cómo modificamos los trabajos? Limitamos las pautas y condicionantes al mínimo,
potenciamos los juegos globales, marcamos retos y objetivos claros en los
ejercicios, evitamos toda tarea que supusiese una desconexión con el domingo…
En esta línea modificamos hasta los calentamientos
previos al partido, para que les diesen ese “aroma” positivo propio
de los entrenos
Fuimos capaces de potenciar, elevada a la máxima
esencia, los juegos
creados específicamente pensando en la competición con los aspectos
tácticos del rival. Le quitamos todo corsé y límites. Competir, disfrutar y competir nuevamente.
Los trabajos marcaban objetivos parciales de lo que
buscábamos el domingo, bien en acciones de juego o bien por propuestas tácticas
del rival y… nos fuimos soltando
Que en los últimos 7 partidos hayamos ganado 5 y
empatado uno quizás no sea más que un resultado propio del juego, incluso del
azar. Quizás sintomático o no. Lo cierto es que el equipo recuperó la alegría y
los técnicos la tranquilidad.
Todo ello fue posible con la paciencia de la
directiva y la inquietud del equipo de trabajo que buscó soluciones de vida
antes del ahogamiento involuntario, cual náufrago, desde un planteamiento
absolutamente global que potencia el trabajo de equipo (tanto de técnicos como
de plantilla).
Aunque nada sería posible sin la profesionalidad y
esfuerzo de cada uno de los futbolistas. Un ejemplo.
El deporte hizo el resto…
Todo ello se basa en la idea de que la (usemos el
término tradicional) acumulación de
trabajos previa y la preparación física anterior a esas jornadas (trabajos de
fuerza, resistencia específica, musculación…) sirvió de base para los frutos
del último tramo aunque me resta la idea de cómo modificar cada fase para
potenciar los trabajos finales que me han dejado un sabor de boca maravilloso.
Mi acercamiento a los trabajos globales,
periodización táctica u otras vertientes de la preparación física táctica es cada vez más potente y seguro que
logra ser un poco mejor de cara a la temporada que viene.
Empieza ahora el estudio para evaluar lo pasado de
cara a mejorar el futuro.
Un reto apasionante.
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