Poco a poco se destierra el mito de
la barriga cervecera y es que esta bebida fermentada de más de 5.000 años de
antigüedad (al menos las primeras de la “familia”) es una bebida natural y con
bajo contenido en calorías (aprox.
42 Kcal. por 100 ml. O dicho de otra manera una lata, media o tercio unas 150
Kcal). El contenido de calorías de una cerveza es menos que un vaso de jugo de
manzana, leche o un refresco. Además funciona como diurético, porque es
rica en potasio y baja en sodio, lo que ayuda a limpiar el organismo).
Tiene -relativamente- bajo grado de alcohol, y no
contiene grasas ni azúcares y sí una cantidad importante de hidratos de
carbono, vitaminas y proteínas.
Respecto al alcohol y lo recomendado
de su ingesta Alejandro Sanz, médico del Servicio de Endocronología y Nutrición
del Hospital Miguel Servet de Zaragoza recomienda una o dos cervezas al día en el caso de cervezas con alcohol;
mientras que a las personas que estén en tratamiento dietético se les
recomienda calmar previamente su sed con una bebida no calórica, como agua o
infusión, y sustituirla por cervezas sin alcohol ya que éstas tienen menos
índice calórico.
Pero es que además la cerveza está compuesta de lúpulo, este ingrediente esencial de la
cerveza proporciona estabilidad antibacteriana y
funciona como conservante natural. Además, se ha demostrado que el principal
constituyente de los ácidos del lúpulo, la humulona, inhibe la resorción ósea,
lo que indica una elevada actividad frente a la osteoporosis y posee una
pronunciada actividad antiinflamatoria. La humolona inhibe además la
angiogénesis, es decir, reduce la formación de nuevos vasos sanguíneos, proceso
clave en la proliferación de tumores.
Además es muy importante para prevenir las enfermedades cardiovasculares o
el envejecimiento por la presencia de polifenoles. La presencia de estos
constituyentes otorgan a esta bebida una capacidad antioxidante equivalente a
la del vino.
Otros elementos que encontramos en la cerveza son:
Minerales y elementos trazas: La cerveza contiene más de 30
minerales, la mayoría de éstos se originan en la cebada malteada. Un litro de
cerveza satisface casi la mitad de las necesidades diarias de magnesio de un
adulto, y un 40% y 20% respectivamente de las necesidades diarias de fósforo y
potasio.
Al ser baja en calcio y rica en magnesio, tiene valores preventivos contra todo tipo de enfermedades del corazón y contra la formación de cálculos y piedras en las vías urinarias.
Al ser baja en calcio y rica en magnesio, tiene valores preventivos contra todo tipo de enfermedades del corazón y contra la formación de cálculos y piedras en las vías urinarias.
La cerveza también contiene ácido fólico,
auxiliar en la prevención de la anemia.
Vitaminas: contiene todas las vitaminas
importantes del grupo B, además de las vitaminas A, D y E. Por ejemplo, con un
litro de cerveza se cubre el 35% de la necesidad diaria de Vitamina B6, el 20%
de la de B2 y el 65% de la de niacina.
Gas carbónico: La cerveza contiene aproximadamente 0,5
g de CO2 por 100 g. de cerveza.El gas carbónico favorece la circulación
sanguínea de la membrana mucosa bucal, promueve la salivación, estimula la
formación de ácido en el estómago y acelera el vaciado de estómago, todo ello
favorable para una buena digestión.
Además, amigo-a deportista, ¿sabías que
beber cerveza después de hacer deporte facilita la recuperación de los músculos
con agujetas o que muestran síntomas de fatiga gracias a su efecto
antioxidante, según ha dicho el profesor de Fisiología del Ejercicio INEFC de
Medicina de la Universidad de Barcelona Joan Ramón Barbany? Pero eso sí, mejor
sin alcohol ya que éste podría dificultar la recuperación si hacemos caso a lo
dicho por el doctor Pedro Manonelles.
Sea como fuere, todo con moderación
Fuentes consultadas:
FOTO:
directoalamesa.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario